Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

11, 12 y 13 de agosto de 2010
Biblioteca Nacional – Universidad Nacional de General Sarmiento
LEER ES PODER. LA CLASE DE HISTORIA: TEXTOS Y LECTURA
José Ricardo Ariza
Universidad Nacional de Catamarca
josear@arnet.com.ar
Resumen
¿Qué se lee en una clase de historia?, ¿Para qué se lee, lo que se lee? estas preguntas son
parte de indagaciones más generales, referidas a la lectura crítica de textos literarios como un
problema que la escuela secundaria no puede resolver. Lo que se lee, y lo que se deja de leer,
son decisiones que toma el docente, y en un nivel superior: la escuela, como institución rectora
de las prácticas de sus miembros. A su vez, esas decisiones están mediadas por los discursos
pedagógicos y las posibilidades materiales de los sujetos que intervienen en esas acciones
vinculadas a la lectura crítica. Más allá de las cuestiones instrumentales de la lectura y de las
capacidades que se ponen en juego, nos interesa observar la situación de poder que se
produce a la hora de seleccionar textos para desarrollar estas competencias lectoras.
Entendemos que en esa selección hay una contradicción manifiesta entre la abundancia de
discursos y la escasez de prácticas referidas a la lectura crítica. Además el uso de textos
literarios en las clases de historia, con la potencialidad que poseen para promover
conocimientos de naturaleza histórica, están ausentes. Por esto es que nos preguntamos qué
tipos de intereses orientan las prácticas de lecturas, que competencias reales se promueven a
partir de esas prácticas. Para develar estas preocupaciones nos centramos en estudiar los
discursos escolares de los profesores de historia y algunos de los impactos de esos discursos
en los alumnos. Allí, creemos, encontramos pistas referenciales de las intenciones no
manifiestas en las prácticas de lecturas en las clases de historia en la escuela secundaria.
¿Qué se lee en una clase de historia? ¿Para qué se lee? Estas preguntas son parte
de indagaciones más generales, referidas a la lectura crítica de textos literarios como
un problema que la escuela secundaria no puede resolver. Lo que se lee, y lo que se
deja de leer, son decisiones que toma el docente, y en un nivel superior: la escuela,
como institución rectora de las prácticas de sus miembros. A su vez, esas decisiones
están mediadas por los discursos pedagógicos y las posibilidades materiales de los
sujetos que intervienen en esas acciones vinculadas a la lectura crítica. Más allá de las
cuestiones instrumentales de la lectura y de las capacidades que se ponen en juego,
nos interesa observar la situación de poder que se produce a la hora de seleccionar