Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

aventura, algo que pasa desde el acontecimiento hacia mí. El sujeto de la experiencia
se transforma en un lugar de paso de los acontecimientos que dejan una huella, una
marca o una herida. Pensar la lectura del texto cinematográfico en educación desde la
experiencia, implica pensar- nos y decir-nos (la cursiva es mía) desde la cotidianeidad.
Como hace Herbal en el fragmento del filme, cuando cuenta (re narra) el encuentro de
los amantes. En esa ficcionalización se piensa y se dice a sí mismo, e involucra
doblemente a los espectadores. Doblemente porque con sus palabras teje una
narración para sus espectadores inmediatos (dentro de la ficción); y al mismo tiempo,
la cámara teje otra para nosotros, espectadores de carne y hueso. Por lo que no hay
duda de que el sujeto espectador, seducido por el texto fílmico, reencuentra en lo
imaginario, algunas de las circunstancias y las condiciones en las que ha vivido.
Otro modo de abordar la experiencia es la que propone Ricardo Forster 6 , quien –a
partir de Agamden- explica cómo la concepción de la experiencia se ha transformado
en el pasaje de la Edad Media y el Renacimiento hacia la Modernidad. Así, distingue
tres formas de experiencia: la experiencia y el sentido común, la experiencia como
sensibilidad, la experiencia y el experimento. La experiencia como sentido común
remite a la vida, a la particularidad de una experiencia de volverla narrativa. Y se
asocia el paso de la vida con la sabiduría. De modo que, la experiencia –la vivencia
particular muchas veces intransferible- se convierte en narración, en enseñanza para
otros.
La experiencia como sensibilidad dominó el conocimiento del mundo hasta el
siglo XVIII. Hasta este momento, el cuerpo era el portador de un saber que a través de
los sentidos describía el orden del mundo. Con el advenimiento del lenguaje
matemático se reduce la experiencia sensible al error a la hora de formular leyes
respecto a la naturaleza; y pasa a reemplazar al lenguaje del cuerpo, al de los
sentidos. La teoría se adelanta a aquello que vemos del mundo y lo formula; por lo
tanto, el cuerpo ya no ocupa ningún lugar al momento de fijar condiciones de
conocimiento. Se destituye así la sensibilidad como vehículo de conocimiento del
mundo, dando lugar a la tercera forma de experiencia: el experimento. Se habla,
entonces, del método experimental, de la construcción de la ley científica para la
materialización del mundo.
Si el cine es el lugar por excelencia para la rememoración, para volver a escuchar
narraciones olvidadas, para auscultar lo no pronunciable el lenguaje; estas tres formas
6 Skliar, Larrosa (comp.)(2009) “Los tejidos de la experiencia”, en Experiencia y alteridad en educación. 1ª ed. Rosario:
Homo Sapiens Ediciones, Capítulo 5, p. 122.
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