Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

En este sentido y desde el marco teórico que sustenta esta investigación creemos
que, en términos de prácticas de lectura, la articulación teoría-práctica supone no sólo
el conocimiento de contenidos disciplinares sino también el conocimiento de formas de
funcionamiento del lenguaje disciplinar que hacen posible el desarrollo de modos de
razonamiento propios del campo. Es decir, para que el estudiante pueda leer
críticamente no basta con que estudie la teoría previamente.
En efecto, desde el punto de vista del proceso lector mismo, la articulación de la
teoría con la práctica no puede verse reducida a la antelación de la primera sobre la
segunda (lo que se ha observado en la representación de los estudiantes) ya que esto
significaría que la búsqueda de sentido es posterior al aprendizaje de los conceptos. Al
contrario, desde nuestra perspectiva, esa construcción de sentido, esencia de la
lectura, debe ser simultánea a la apropiación de los contenidos disciplinares y para eso
es necesario trabajar sobre la relación de los contenidos del campo de referencia con
las formas de funcionamiento del lenguaje disciplinar.
Dado que es en estos términos que entendemos la articulación teoría-práctica en la
lectura, planteamos la necesidad de enseñar las modalidades específicas del lenguaje
disciplinar, constitutivas del objeto de conocimiento. A partir de nuestro marco teórico
entendemos que, para organizar las actividades propias de un determinado campo del
saber, el lenguaje se organiza en formas relativamente estables, los géneros textuales,
que, a su vez, se vinculan con determinados modos de pensamiento, de organización
del razonamiento. Desde este punto de vista existe entonces una estrecha relación
entre las formas y convenciones de la comunidad disciplinar para construir
conocimiento y los usos del lenguaje de ese grupo. Por lo tanto, la operación de
interpretación, es decir, el procedimiento por medio del cual el estudiante otorga
sentido a los nuevos textos o a la realidad, no sólo requiere de contenidos
conceptuales sino también el dominio de las formas específicas de funcionamiento del
discurso disciplinar, formas que es necesario enseñar.
De esta manera entonces, creemos que la brecha detectada entre ambas
representaciones podría ser considerado como un eje a partir del cual sería posible
diseñar propuestas de intervención didáctica que articulen las lógicas disciplinares con
los funcionamientos discursivos, considerando las posibilidades de apropiación por
parte de los sujetos y las situaciones y contextos particulares que constituyen los
ámbitos donde dichas lógicas se entrecruzan. Así, el desafío de la enseñanza estará
orientado a facilitar el desarrollo de esta lectura crítica indispensable para la inserción
plena de los estudiantes en la comunidad disciplinar.
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