Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

el espacio de la Iglesia mientras que en el ámbito de la escuela se enseñaba
matemática, lectura y escritura del castellano e instrucción del catecismo, las clases se
impartían en la lengua de los indígenas y en castellano, lo que supone el conocimiento
de los frailes de la lengua de la región (Cardús, s.a.: 43).
A diferencia de las Misiones Bolivianas, en el Curato de Río Cuarto los frailes
franciscanos sólo se comunicaron con los ranqueles en castellano, esto generó
dificultades en la realización de sus prácticas evangelizadoras, que en algunos casos
debían ser mediatizada por lengüaraces, es decir indios o blancos bilingües que
oficiaban de traductores simultáneos.
En la enseñanza/aprendizaje del castellano para los ranqueles este aspecto
adquiere una importancia significativa. Debe consignarse, en este punto, que existió la
intención de los frailes Marcos Donati y Moisés Alvarez por aprender el ranquel. Este
aprendizaje se constituyó como un proceso mediatizado por el texto escrito y con una
modalidad autodidacta, es decir, se prescindió del contacto con los hablantes nativos
en la adquisición del ranquel, una lengua sin escritura. Este modo de adquisición
requirió la obtención de una gramática como texto legítimo para el conocimiento de la
lengua.
En 1875 fray Moisés Alvarez realiza el pedido de una gramática “Yndiana” al
Ministro ante el gobierno chileno, Félix Frías, quien envía desde Santiago de Chile dos
ejemplares de una gramática de la “lengua Chilena”, nombre que recibía la lengua
actualmente denominada mapudungun. El texto tiene “Arte de la Lengua General del
Reyno de Chile [...]” fue escrito por el Padre jesuita Andrés Febrés y publicado en
1764.
Dos aspectos se infieren de esta actividad: la importancia que los frailes adjudican
a la escritura (la gramática se presenta como el verdadero “lugar” de fijación, soporte
que normaliza y permite el conocimiento de la lengua, en detrimento de la oralidad) y el
predominio de una concepción aglutinante frente a las variedades lingüísticas de las
lenguas amerindias al utilizar una gramática o descripción del mapudungun como el
equivalente de una gramática de la lengua ranquel, definida como un dialecto de esta
lengua según Fernández Garay (2001).
Desde Chile se envían dos ejemplares de la gramática de Febrés, pero el
Gobernador de Mendoza, retiene uno. Este incidente se menciona en los documentos
Nº 531, 547 y 550a (Tamagnini, 1995). Fray Marcos Donati y Moisés Álvarez realizan
el reclamo y logran, dos meses después, recuperar del segundo texto. El incidente
señala el valor otorgado al libro. Se puede afirmar que la edición de 1764 y la
1654