Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

El objetivo de esta ponencia consiste en ofrecer una redefinición de la puntuación
como dispositivo conectivo presente en un corpus de exámenes escritos por alumnos
universitarios, tomando para ello la perspectiva teórico-metodológica de la Lingüística
Cognitiva (Langacker, 1987, 1991; Schilperoord y Verhagen, 1998; Pedersen, 2003;
Cucatto, A., 2005, 2006, 2007, 2008a. y b, 2009a y b.; Cucatto M., 2008; Cucatto, A y
Cucatto, M., 2003; Cucatto, A. y Pérez Juliá, 2003). A tal efecto, se examina el sistema
gráfico de la puntuación como un sistema de convenciones en forma asociada con la
realización textual/discursiva de las expresiones verbales escritas; más
particularmente, se la aborda como un sistema que ayuda a categorizar textos escritos,
en general, y textos académicos como los exámenes, en particular. Sin duda alguna, el
sistema de la puntuación ha surgido y ha evolucionado gracias a la aparición de
algunas convenciones genéricas propias de los discursos escritos y también gracias al
surgimiento y el perfeccionamiento de los sistemas gráficos y el diseño, motorizados
por todo tipo de desarrollo tecnológico. Del mismo modo, debe destacarse que las
unidades que caracterizan dicho sistema, esto es, los denominados signos de
puntuación, no nacieron junto con las letras, sino que se incorporaron mucho después
y cada uno tiene, además, su propia historia. Por otro lado, ya desde sus primeras
manifestaciones, los signos de puntuación se asociaron a la “voz del texto” (Parkes,
1992, citado por Ferreiro, 1996: 132), esto es, con la lectura y la interpretación, por lo
que su función resultó fundamental tanto para aquellas épocas que se definen por una
“lectura en voz alta” cuanto aquellas que se definen por una “lectura silenciosa”, y su
naturaleza es fuertemente procedimental. El abandono de la scriptio continua
ocasionó, así, algunas modificaciones sustantivas en determinados géneros
(primeramente los religiosos y los jurídicos, y luego los históricos y literarios) que
llevaron a cambios en la percepción –de la impronta de la audición a la experiencia
visual- y en la cognición –comprensión e interpretación de los textos. Lo cierto es que
el sistema de la puntuación fue desenvolviéndose por siglos y fue acentuando su papel
lógico; sus marcas dejaron de ser unívocas y se fue debilitando la noción de que
constituye simplemente un código sustitutivo de la oralidad, pasando a convertirse en
una parte intrínseca de la propia organización de los textos/discursos escritos. En
efecto, es un sistema en constante movimiento y requiere de un proceso de
adquisición junto con el sistema escrito, en virtud de que se trata de una construcción
individual que los escritores deben lograr y cuyo solo conocimiento declarativo no es
suficiente para garantizar la eficacia de su uso.
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