Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

se encuentra Luciana Maure, protagonista de la segunda parte del relato que,
motivada por el encuentro con Echeverría, abandona el campo y se va a la ciudad,
donde transcurre la segunda parte de la novela, y conoce a Estela, una prostituta
amante de Echeverría. A través del personaje de Luciana y la figura de Echeverría se
entrelazan ambas partes de la historia.
La luz, conocida metáfora de la razón, aparece literal en el relato de Kohan.
Mediante este procedimiento, el autor logra desacomodar el concepto de la razón. De
este modo, el hecho de pensar la luz de la razón como una luz real nos permite
preguntamos quién tiene la razón. El otro procedimiento que vamos a analizar en la
novela es la caricaturización del narrador en la primera parte del relato, el cual se
autodenomina “voz de la razón” y trata de alejarse de lo “bárbaro” a través de diversos
mecanismos que logran, paradójicamente, marcar una distancia entre él y lo
“civilizado”. Es así cómo, con estos recursos, Kohan nos plantea en su novela una
relectura del tópico de civilización y barbarie. El autor nos permite pensar que dentro
de la lucha por la dominación de la civilización hacia la barbarie, tópico fundamental de
nuestra literatura, ambas partes, “civilizados” y “bárbaros”, carecen del sentido de la
razón que es, paradójicamente, la bandera de la civilización. Teniendo en cuenta estos
aspectos, analizaremos las marcas que, en la novela, nos permiten fundamentar
nuestra hipótesis. Nos centraremos en la figura del narrador, sobre todo el de la
primera parte, y en las metáforas en relación con la variable de la razón.
El narrador
Al iniciar la lectura de Los cautivos nos encontramos con la presencia de un
narrador que va a contar con lujo de detalles la vida de un grupo de paisanos en el
medio de la pampa. Este narrador marca una distancia entre el grupo de paisanos al
que describe y él mismo, que se configura como la única voz autorizada para hablar de
ellos y se autoproclama como la voz de la civilización en la narración. A su vez, el
narrador presupone lectores que no pueden entender la manera de vivir de los peones,
por lo cual constantemente, a lo largo de la primera parte del relato, va haciendo
aclaraciones explicativas entre paréntesis: “¿Qué? Respondió Gorostiaga sorprendido
[…] por el ruido del galope y el eco de ese ruido (en la llanura no hay eco, por lo que
no debe tomarse esta expresión en un sentido literal: se insinúa que cada uno de los
caballos galopantes era el eco del otro, su réplica inmediata)” 2 . De esta forma, no solo
se ve cómo el narrador presupone un lector incapaz de entender la vida de los
paisanos sino que no conoce nada de la pampa. El narrador se incluye dentro del
2 Ibid., p. 14.
1621