Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

cuentístico del autor: "Gabriel-Ernest" (en Reginald in Russia, 1910); "Tobermory",
"The Music on the Hill", "The Peace of Mowsle Barton", "Ministers of Grace" (en The
Chronicles of Clovis, 1911); "The Cobweb" (en Beasts and Super-Beasts, 1914); "The
Wolves of Cernogratz" (en The Toys of Peace, 1919). Estas interpretaciones posibles
son:
• Todos los sucesos son reales y extraordinarios.
Esta lectura del cuento se encuadra en el ámbito de lo extraño puro definido por T.
Todorov ([1976] 2006: 46): la explicación de los hechos es racional, pero insólita. Esta
explicación resulta perfectamente racional y coherente con cada uno de los hechos
narrados, aunque acaba por antojársenos basta y poco satisfactoria.
• Todos los sucesos son reales: Sredni Vashtar es un dios que los genera por
su intervención.
Así, el cuento se ubicaría en la región de lo fantástico-maravilloso. La vacilación,
la duda de Conradin (y del lector) impiden una lectura puramente maravillosa.
• Todos los sucesos son reales: el espíritu transforma la materia.
A consecuencia de la proyección de la fuerza de voluntad de Conradin (que en el
siglo XIX y a comienzos del XX solían representarse como "influjo magnético",
"mesmerismo" o "poder hipnótico"), el hurón habría sido condicionado a reaccionar
violentamente contra las fuerzas que amenazan a su acólito-amo. En el reino de lo
fantástico-extraño —acerca del cual reflexiona Todorov: "El paso del espíritu a la
materia se ha vuelto posible" ([1976] 2006: 118)—, esta es una línea de interpretación
que puede haber perdido adeptos en la posmodernidad, donde la hipnosis y el
mesmerismo han sido ya ridiculizados y han perdido gran parte de su poder sugestivo
para la ficción.
• Todo (o parte) de lo sucedido es ilusorio, una alucinación de Conradin.
Bajo el principio de la puesta en cuestión del límite entre materia y espíritu ([1976]
2006: 124), característica que Todorov, citando a Piaget, señala que es más marcada
en la infancia, lo real no es sino real-imaginario, y así el cuento pertenecería al ámbito
genérico de lo fantástico-extraño. Aquí, en el reino de la alucinación del niño
ultrainfantilizado, se subvertirían los cuatro procesos fundamentales de construcción
que, para Piaget, marcan el paso del estadio sensorio-motor al de las operaciones
concretas: las categorías de objeto, espacio, causalidad y tiempo.
Es esta última lectura, que cuestiona el valor de verdad del relato mismo, la que nos
mueve a referirnos nuevamente a la traducción de Bioy Casares.
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