Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

propuestas reformistas 7 . Fue Sarmiento quien logró, en 1844, que la Facultad de
Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile promulgara una serie de reformas:
1, 2, 3, 5 (salvo en interjecciones, como ah u oh), 6 y la propuesta de Puente acerca de
la . Sin embargo, la vigencia de esta reforma fue solo de 3 años. En 1847 deja de
usarse 3, 5 y 6 debido a la anarquía existente en los sistemas de enseñanza primaria.
Solo se mantienen 1, 2 y la propuesta de Puente entre los círculos más letrados. Esta
es la llamada “ortografía chilena”.
Todos estos intentos de reformar la escritura española, por no ser uniformes,
repercutieron en una multiplicidad de formas de escrituras –principalmente, las
propuestas y publicaciones de los llamados “neógrafos” –, por lo que en 1927, gracias
a las acciones promovidas por la Academia Chilena de la Lengua, se optó por seguir
con la ortografía académica. Esto refleja, sin duda alguna, la importancia que ha tenido
la ortografía en Chile. Desde Salamanca, Miguel de Unamuno se refirió a esta
inquietud: “Entre los pueblos de lengua española, es en los americanos donde más
afán hay por la reforma ortográfica, y entre los americanos, en los chilenos”
(Unamuno 1893 1916: 136).
III. La actitud de los autores frente a la cuestión ortográfica
El hecho de codificar en un diccionario implicará, por lo tanto, una elección
ortográfica. Interesante es ver, entonces, cuáles han sido los no pocos avatares que ha
tenido la ortografía en Chile a partir de las producciones lexicográficas.
Dentro de la historia lexicográfica diferencial chilena, solo en el Diccionario de
Chilenismos de Zorobabel Rodríguez (1875) y en Voces usadas en Chile de Aníbal
Echeverría y Reyes (1900) se aprecia el uso de la ortografía chilena (1, 2 y la
propuesta de Puente) y ambos intelectuales, además, fueron defensores de esta
ortografía. En el caso del Diccionario manual de locuciones viciosas, de Camilo
Ortúzar (1893), debido a su publicación –primero en Italia y, en su segunda edición, en
España– y a su difusión de corte panhispánica –aunque dedicada a los chilenos–,
presenta la ortografía académica. Lo mismo sucede con el Diccionario de Chilenismos
del padre Manuel Antonio Román, defensor de la ortografía académica y en las
producciones lexicográficas posteriores debido a que la unificación de la ortografía en
1927, es decir, un año antes de la publicación de Chilenismos de Medina quien sigue
la ortografía académica.
7 Mantiene el esquema de Bello en: 1, 2, 3. Propone modificar el punto 4 de Bello por ; 5 (salvo en interjecciones),
6, 8, más la propuesta de Puente.
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