Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

legal, un revólver calibre 38 largo, color plateado, con cachas plásticas de nácar
color blancas, sin numeración visible.-
[…] Con lo descripto, adelanto que en mi convicción, no corresponde aceptar la
argumentación vertida por la Srta. Defensora Oficial, Dra. M.L.P. en punto a la
atipicidad de la conducta que se reprocha, ante la carencia del elemento
normativo que la figura del art. 189 bis., 4to. párrafo del C.P., requiere, en tanto –
sostuvo- el desconocimiento del tenedor de un arma de fuego; de la
obligatoriedad de la autorización legal hace irreprochable dicha tenencia-.
[…] Por lo tanto, es mi sincera y razonada convicción que debe responderse, en
forma asertiva a la cuestión planteada. (arts. 209, 210, 371 inc. 1a- y 373 del
C.P.P.).
De una manera u otra, todos estos patrones constructivos impiden que el lector lego
pueda “conectarse” con las Sentencias Penales de Primera Instancia (TSP), lo que lo
pone en la posición de asumirse como incompetente y a requerir la presencia de un
“intérprete” mediador que lo ayude a comprenderlas, generándose un tipo de
comunicación altamente profesionalizada, pero también encriptada y endogámica,
sostenida en una fuerte literalidad, una estricta ritualidad y una deliberada selectividad.
No obstante, puede destacarse que, a pesar de que se considera un lenguaje técnico,
el lenguaje jurídico no sólo es empleado por abogados, sino también por otros
profesiones o integrantes del Poder Judicial: peritos o administrativos, por ejemplo; por
los integrantes de otros poderes del Estado y aún por otros profesionales: periodistas,
políticos, economistas, contadores o lingüistas, por ejemplo, y hasta por ciudadanos
que decidan hablar o escribir siguiendo sus modelos. Sin olvidar que, contrariamente a
muchos otros lenguajes de especialidad, el destinatario de los mensajes transmitidos
mediante este lenguaje jurídico es o bien la población misma en su totalidad, o bien
ciertos estratos de la población, o bien ciertos sujetos en particular. De esta forma, se
constata que el lenguaje jurídico no es un instrumento que se emplea solamente en la
comunicación interna dentro de la profesión y la práctica judicial; debería, entonces,
“socializarse”, en alguna medida.
En diferentes experiencias con operadores de la justicia y magistrados llevadas a
cabo en la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires, la Fiscalía de Estado, la
Justicia Federal, entre otras instituciones, he procurado trabajar con los textos
jurídicos, particularmente las sentencias, de modo tal de lograr una toma de conciencia
acerca de la importancia del lenguaje en el ámbito de la justicia, los rasgos que lo
caracterizan, su alcance e impacto y, sobre todo, acerca de la importancia de la lengua
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