Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

En San Juan la agitación tomaba formas extrañas y llenas de la malicia
candorosa de la ignorancia. El gobierno era masón, según los rumores que
corrían entre la gente llana, y había llevado la impiedad hasta hacer de una
iglesia una escuela y de una capellanía una quinta normal. La fotografía,
recientemente introducida, prestaba con sus imágenes asidero a
investigaciones supersticiosas; y sacerdotes paniaguados con el partido
antiguo de Rosas, a quien debían posiciones y honores, explicaban devotamente
desde el púlpito toda la abominación de la masonería, subentendido que el
gobernador era masón, y a él se dirigían aquellas hipócritas conminaciones. (p.
86)
En este pasaje, la fotografía es una técnica recientemente introducida en San Juan,
asociada por tanto a su también reciente y flamante gobernador, el propio Sarmiento.
Y, por otro lado, el texto atribuye a los sectores populares una recepción reaccionaria
de la fotografía en tanto adelanto técnico introducido en San Juan: se trata para este
sector, para esta “gente llana”, según la construcción de Sarmiento, de algo que se
presta a “investigaciones supersticiosas”, a masonería, etc. “Subentendido que el
gobernador era masón”, además, se lee en el texto. Por tanto, se ve como superstición
aquello que para Sarmiento es indicio de progreso: la fotografía así como el telégrafo y
el ferrocarril, otros adelantos técnicos omnipresentes en El Chacho.
Marta Penhos ha señalado, en el imaginario positivista de la generación del 80, que
la relación entre fotografía y progreso se da en un doble sentido. Si por un lado la
fotografía se piensa entonces como un indicio de progreso técnico, como un aparato
que puede registrar fielmente la realidad objetiva de las cosas, por otro lado la misma
fotografía se piensa como el medio más adecuado para registrar los progresos de la
modernización en una sociedad en desarrollo constante. Esa doble relación entre
fotografía y progreso habría que pensarla también –proponemos– en Sarmiento, una o
dos décadas antes de la generación del 80. No por nada Penhos consigna estos dos
datos que corresponden a la presidencia de Sarmiento. En primer lugar, en la
Exposición Nacional Industrial que Sarmiento organiza en Córdoba en 1871, la
fotografía funciona como “índice del progreso al que había llegado nuestro país, en
una sección destinada a mostrar sus logros”. En segundo lugar, también en 1871 la
fotografía funciona y se consagra como medio técnico de registro preciso en el
Observatorio astronómico que Sarmiento inaugura también en Córdoba, encargando
su dirección al astrónomo norteamericano Benjamin Gould (Penhos, 2005: 21).
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