Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

comienzo se coloca en una posición fuertemente subjetiva: habla en primera persona,
exhibe los pensamientos que surgen en su conciencia ("no puedo evitar
preguntarme..") y expresa sus sentimientos (¡Qué linda película…) en un lenguaje
informal. El crítico que despliega los argumentos no es ni mediador entre el público y el
director ni experto: manifiesta sus impresiones para interpelar al lector en su
sensibilidad y para ganar su confianza, y se expresa en un lenguaje llano y accesible
para llegar a la mayor cantidad de lectores. Pero no se presenta como un crítico
erudito que ostenta un conocimiento específico sino como aquel que manifiesta lo que
el espectador común busca en un film. Tal concepción se apoya en la representación
vigente del crítico de cine, cuyo discurso, en general, se caracteriza por resaltar
únicamente aquellos elementos que en la película se encuentran destinados a
"atrapar" la atención del espectador, como por ejemplo, si la historia está bien contada,
si la trama tiene suspenso, ("imposible no quedar atrapada en esta historia de
amor…"), si ofrece suficiente cantidad y variedad de "condimentos", etc., en detrimento
de otros aspectos más vinculados con su propia especificidad, como los visuales y
sonoros. En este caso, se instituye desde el principio una escena validada por una
comunidad: la representación del crítico que destaca los "ingredientes" que ofrece un
film constituye un ejemplo de una escena valorizada en nuestra cultura. Así, la
activación del mundo ethico en este discurso se hace a través de los estereotipos que
la cultura masiva vehiculiza no solamente sobre el rol de crítico sino también sobre los
recursos que utiliza el cine de Hollywood para ensanchar el horizonte de recepción.
En relación con el cine estadounidense, pudimos registrar, a lo largo de varios
trabajos presentados, el lugar que ocupa “lo argentino”. Las películas nacionales son
comparadas con las de Hollywood por querer copiarlas e intentar superarlas en
masividad. Así, por ejemplo, una de las críticas que puede incluirse en este grupo
comienza diciendo: “La historia [presentada en El secreto de sus ojos] puede
compararse con las películas masivas de Hollywood por su mezcla de policial,
romanticismo, tintes costumbristas, humor, política, drama, un poco para todos los
gustos.” Asimismo, reconocemos que en muchas de estas críticas el sintagma
“película argentina” conlleva una connotación peyorativa. Se asocia el cine nacional
con producciones limitadas en recursos o de mala calidad: “El secreto comete el
mismo pecado que la mayoría de las películas argentinas: pretensión”, señala otra. Las
representaciones sociales del cine en nuestra cultura se asocian así con una
representación del espectador como consumidor en el que el entretenimiento y el
placer desempeñan un papel central. El marcado grado de subjetividad manifestado en
este grupo se encuentra vinculado a todo este sistema de representaciones.
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