Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

elocutio no tendría que oscurecer la comprensión de la inventio. 3 En este sentido,
creemos que la teoría de Perelman no ha sido suficientemente entendida, y se ha
transpolado mecánicamente a la enseñanza su clasificación de técnicas
argumentativas, confundiendo presencia de recursos retóricos con presencia de
argumentatividad. Esta asociación muestra su debilidad de inmediato si pensamos en
que no hay prácticamente ningún recurso retórico que sea privativo de alguna instancia
argumentativa. Esta comprobación vuelve estéril el trabajo de identificación de técnicas
o recursos retóricos cuando se reduce a un mero inventario de ellos.
TERCERA PRECAUCIÓN: No asociar unívocamente la presencia de recursos
retóricos con argumentatividad.
Coincidimos, en ese sentido, con Di Stéfano y Arrosi (2004:23) cuando proponen
distinguir la noción de “recurso argumentativo” del concepto de “argumento”; “pues la
identificación de los argumentos involucra la actitud activa de parte del lector, quien
debe buscar las razones plasmadas en esos recursos.” (destacado nuestro). El
corolario es el siguiente: si no hay razones plasmadas por debajo de los recursos, no
hay razonamiento.
RECOMENDACIÓN: no centrar el análisis en la mera detección de las estrategias
argumentativas (o de los conectores), sino en el papel cumplen que en el plan global
del texto. Hay que detenerse en el valor del encadenamiento argumentativo más allá
de los recursos o estrategias que les sirvan de soporte.
Y esto nos conduce a las dos últimas precauciones y recomendaciones, en relación
con el corpus a elegir.
4- La selección de textos
Cuando nos enfrentamos a la tarea de seleccionar los materiales de trabajo para
nuestros alumnos conviene tener en cuenta las siguientes cuestiones:
CUARTA PRECAUCIÓN: no todos los textos de razonamiento son textos
argumentativos.
Los textos explicativos, por ejemplo, son textos de razonamiento (y comparten con
la argumentación ciertos recursos retóricos, conectores característicos, esquemas de
causa-efecto o causa-consecuencia, etc.) y sin embargo no son considerados
argumentativos. ¿Cómo los diferenciamos? Las pistas lingüísticas no son infalibles: la
presencia o no de deícticos no es definitoria, las citas directas son comunes a ambas
clases, el uso de la 3ª persona esconde sólo un efecto de objetividad, etc. En definitiva
3 El itinerario de la lectura comienza por el acceso inicial a la estrategia o recurso retórico; a la inversa, en el camino de
la producción, si aceptamos el enfoque del plan retórico tradicional, estos constituirían el último paso.
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