Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

Sugerí, entonces, la despenalización del consumo de drogas, dado que
recientemente el tema había circulado en los medios a causa del fallo de la Corte
Suprema.
Debían escribir un texto de opinión donde quedara claramente expresada su
posición con respecto al tema. Para eso, debían buscar información y encontrar
argumentos. Para este trabajo existe un orden que, -si bien puede no ser fijo-, es muy
“tranquilizador” para quien se encuentra por primera vez (tal vez) con la exigencia de
expresar fundadamente su opinión por escrito.
Presenté un esquema (simplificado) de las partes del discurso:
1) Exordio: presentación del tema a debatir, objeto de la controversia.
2) Narratio: es la exposición (persuasiva) de los hechos.
3) Confirmatio: exposición de los argumentos que se han elaborado (en el curso
de la inventio).
4) Epílogo: es el cierre del discurso.
Con estos conceptos sobre Dispositio, sumados a lo ya visto sobre la Inventio, los
alumnos escribieron textos -en varios casos- bien estructurados y con buenos
argumentos; en general utilizaron pruebas extratécnicas: citas de las leyes, de la
Constitución Nacional, estadísticas. También algunos ejemplos, como el que emplea
la alumna Victoria Jeffrey, quien para argumentar en contra de la despenalización
“inventó” una situación en donde un adolescente se siente autorizado a encender un
cigarrillo de marihuana frente a sus padres porque no está penalizado por la ley. La
despenalización, concluye Jeffrey quita autoridad y respaldo a los padres.
Fue particularmente rica la puesta en común de los textos: se confrontaron
argumentos a favor y en contra de la despenalización del consumo de drogas. Algunos
alumnos se vieron forzados a reforzar sus argumentos, otros incurrían en
contradicciones y comenzaban a dudar de la posición que defendían.
Entiendo que varios trabajos dan cuenta de que, en general, comprendieron de qué
se trata “el arte retórico”.
Por supuesto, me faltó tiempo para profundizar en la evidente evolución que
demostraron algunos alumnos en el último trabajo. Éste consistía en refutar sus
propios textos, lo cual les permitió experimentar que la producción de un texto
argumentativo no depende de la verdad de las proposiciones ni de las convicciones del
“orador”, sino de un saber, de una habilidad que se adquiere.
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