Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

favor del plan porque fuera verdad, sino que era verosímil. Es decir, era aceptado por
una cantidad considerable de personas en 1995.
La noción de auditorio: la consideración de la subjetividad del oyente
La mención del gobierno de Menem como ejemplo de la conveniencia del plan
económico de Martínez de Hoz me sirvió para introducir la noción de auditorio.
La entrevista es de 1995, año de la reelección de Carlos Menem. El entrevistado se
dirigía a un auditorio conformado por una mayoría que avalaba el plan del gobierno
menemista. Él lo sabía y aprovecha el éxito de Menem como epígono suyo.
Pero –aclaré– en la actualidad ese ejemplo no opera del mismo modo, dado el
descrédito en el fue cayendo la figura de Menem y su ministro de economía,
(Domingo) Cavallo. No es lo mismo el auditorio que imaginaba el entrevistado, cuando
las políticas menemistas tenían alto consenso social y se vieron ratificadas en las
urnas, que el auditorio de 2008, que había experimentado una crisis económica inédita
y le retiró el apoyo en las elecciones de 2003.Visto hoy, ese argumento es un contra
argumento.
Los alumnos se mostraron muy interesados en la noción de auditorio que sostiene
Aristóteles. Se sorprendieron al conocer la distinción de caracteres según las edades:
jóvenes, hombres maduros y ancianos, y la posición social: nobles, ricos (II,12-17)
Además, insistí en la importancia que Aristóteles atribuye a las consideraciones que el
orador debe hacer en cuanto las “pasiones” (II,2-11) que mueven a los oyentes puesto
que “son las pasiones la causa de que los hombres difieran en sus juicios, (...) porque
las cosas no son vistas de igual manera por los que aman y por los que odian, ni por
los que están airados y los que se hallan serenos, sino que las ven enteramente
distintas o de diversa magnitud” (II,1)
Por lo tanto, cuanto mayor sea el conocimiento sobre la composición del auditorio al
que se dirige, mejores estrategias elaborará el orador para su discurso.
En cuanto a las pruebas subjetivas, me limité a mencionar que Aristóteles le
concede un espacio interesante a los atributos del orador para que “sea digno de fe”.
Según Barthes, son los rasgos de carácter que el orador debe mostrar para causar
buena impresión mientras desarrolla su discurso. “Mientras habla y desarrolla el
protocolo de las pruebas lógicas el orador debe también decir: síganme (frónesis),
estímenme (areté), quiéranme (eunoia).
Pruebas fuera de la técnica
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