Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

Rancière, tanto las pedagogías tradicionales de transmisión neutra del saber como las
modernistas del saber adaptado al estado de la sociedad, toman la desigualdad
como punto de partida y la igualdad como objetivo.
El basa sus afirmaciones a partir de una anécdota, cuyo protagonista es Jacotot.
En 1818, obtiene un puesto en la Universidad de Lovaina; allí protagoniza una
aventura intelectual: enseñar francés a estudiantes holandeses; pero la paradoja
consiste en que él ignora el holandés y los estudiantes, obviamente, el francés;
evidentemente, hay una dificultad pedagógica de base, no hay una lengua común de la
cual partir. Jacotot acudió a una edición bilingüe de Telémaco de Fenelón. Les pidió
que aprendieran el texto en francés con la ayuda de una traducción. Logró resultados
asombrosos, cuando llegaron a la mitad del primer libro, les hizo saber que debían
repetir sin cesar lo aprendido y conformarse con leer el resto, por lo menos para poder
contarlo; los estudiantes no solo pudieron hacer esto, sino que la experiencia superó
las expectativas, lograron escribir en francés todo lo que pensaban acerca de lo que
habían leído, esos jóvenes privados de explicaciones habían podido comprender
una lengua nueva sin ellas, a través de un camino abierto al azar. Esta experiencia
casual provocó una revolución en su espíritu, él había creído, hasta ese momento, que
la tarea del maestro era transmitir conocimientos a los alumnos, gradualmente hasta
su propia ciencia, el acto esencial del maestro hasta ese momento era explicar,
despejar los elementos simples del conocimiento, enseñar era transmitir contenidos y
formar espíritus.
Orden explicador
Rancière se refiere a un orden explicador, tradicional, por el cual un conjunto de
razonamientos es explicado por otras proposiciones y estas por otras, y así hasta el
infinito, la reduplicación del razonamiento no tiene razón para detenerse jamás, el
“explicador” divide la inteligencia en dos, una superior y otra, inferior, necesita del
incapaz, y no a la inversa, él constituye al incapaz como tal, la explicación es el mito
de la pedagogía tradicional, la parábola de un mundo dividido en espíritus sabios y
espíritus ignorantes, maduros e inmaduros, capaces o incapaces, inteligentes o
estúpidos. El truco característico del maestro explicador consiste en ese doble gesto
inaugural, por un lado decreta el comienzo absoluto: en este momento y solo en este
instante comenzará el acto de aprender; por otro lado, arroja un velo de ignorancia
sobre todas los temas, que él mismo se encarga de levantar, la inteligencia superior, la
del maestro explicador, que procede metódicamente de lo simple a lo complejo, de la
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