Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

lector -especializado a veces, pero muchas veces no especializado- muestras
sinecdóquicas de la literatura que se lee, o debería, de un período, estética, país, etc.
Sucede que las antologías son propuestas argumentativas basadas en juicios críticos
pero que suelen ser recepcionadas como meras descripciones (muchas veces a causa
de un cierto modo “objetivo” de presentar los textos al que puede sumarse la
mediación de las instituciones educativas que suelen reforzar ese efecto para
simplificar la presentación pedagógica de los contenidos, sumado todo esto a la no
especialización de los lectores): como todo discurso de lo canónico, la antología tiende
a la naturalización a pesar de las advertencias que a este respecto hacen los
antólogos en sus prefacios –si las hacen. Tal como sostiene Aníbal Salazar Anglada
en su libro recientemente editado La poesía argentina en sus antologías, 1900-1950,
las antologías “sirven instrumentalmente a la creación de un canon que expresa el
valor de una cultura. Esta representación canónica se establece a partir de la
ordenación jerárquica del sistema literario y afecta por entero a los géneros, las
estéticas, las temáticas” Agrega este autor que la operación típicamente antológica –es
decir, seleccionar y disponer los materiales de acuerdo con criterios ya sea estéticos,
temáticos y/o genéricos que varían históricamente– recuerda al discurso histórico y a
todos los modos humanos de conocer y de relatar lo conocido puesto que estos
discursos funcionan como filtro de lo que debe permanecer y lo que será olvidado 1
(Salazar Anglada, 29) Tanto las historias literarias como las antologías son
instrumentos al servicio de las operaciones canónicas que aspiran a dejar asentados
los textos “más representativos” de aquello que los antólogos hayan elegido
representar mediante sus criterios de selección (Salazar Anglada, 36): la literatura
nacional, un movimiento o generación, una poética determinada, un tema, etc. Pero a
diferencia del discurso histórico, y al margen del criterio de ordenación cronológica, si
es que lo tiene, la antología de textos pone en evidencia su modus operandi
intensamente selectivo y fragmentario del cual, paradójicamente o quizás no tanto,
siempre será acusada y del cual deberá defenderse todo antólogo con una buena
fundamentación inicial 2 . Es que de lo que se trata no es cuestión menor para el campo
literario: se trata de qué autores y obras adquirirán visibilidad si no la tenían o se
reafirmarán en sus lugares de prestigio, y todo como resultado también del trabajo del
antólogo y las decisiones de presentación que este tome. Se pone en juego, en el
presente, el reconocimiento de los autores y obras antologadas; a futuro, la
1
Desde una posición de enunciación asumidamente cínica, no es otra cosa lo que Bloom defiende en el modo de
antologar “su” canon occidental.
2
De igual modo sucede al investigador cuando conforma un corpus de investigación, porque en esto la antología y el
discurso académico/científico son parientes.
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