Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

De acuerdo con van Dijk y Kintsch los tipos de conocimientos requeridos para
desempeñarse como lector estratégico son el declarativo o fáctico (saber qué leer) y el
procedural (saber cómo leer). Otros autores (Paris, Wixson y Lipson, citados por
Parodi Sweis, G., 1999) proponen un tercer elemento: el conocimiento condicional, que
incluye un saber cuándo, por qué y para qué activar los otros dos conocimientos.
Con respecto a la escritura, este trabajo concibe la escritura como un proceso
cognitivo (Flower/ Hayes, 1981) donde la acción del escritor está dirigida por un
objetivo y el acto composicional crea una red jerárquica de objetivos que van guiando
el proceso. Éste necesita de un proceso organizativo que consta de tres pasos:
comienza con una planificación, pasa por la textualización y finaliza con la revisión del
escrito. En esta concepción la escritura cumple la función de ser promotora de la
actividad cognitiva. Flower (1993) intenta especificar cómo los escritores construyen
significado dentro de un contexto retórico. En estos nuevos estudios incorpora la idea
de un lector potencial y la distinción entre “texto mental”, que corresponde a la
representación que tiene en su mente, y el “texto escrito externo”, físico. La propuesta
pedagógica de Flower tiene como idea central llevar a los sujetos a adquirir conciencia
y control de sus propios procesos mentales involucrados en la producción escrita
desde una óptica colaborativa. El contexto social en su interacción con la cognición
significa que todo escrito es producido y elaborado por un sujeto escritor en, con y para
una comunidad discursiva específica.
Van Dijk y Kintsch (1978, 1983, 1990) parten de una perspectiva psicolingüística y
profundizan el modelo estratégico de producción textual. Para desarrollar este modelo
estratégico se contemplan tres componentes básicos: un plan global que se constituye
en un proyecto de habla; un plan pragmático que debe delimitar el macroacto de habla;
y un plan semántico, que corresponde a la macroestructura del discurso. Esta orgánica
exige una dinámica integrada y de múltiples interacciones que dan forma al texto final.
Estas acciones se concretan a través de estrategias que dan origen a las
proposiciones de nivel local.
Van Dijk y Kintsch (1983) sostienen que el escritor debe planificar la composición de
su discurso, ejerciendo el control total de la información disponible a través de
estrategias comunicativas, culturales, sociales y pragmáticas. Esto exige la activación
del modelo cognitivo de situación (1985,1990) cuyos datos están almacenados en la
memoria.
Estos modelos cognitivos interactivos propugnan una visión del escritor, del texto
escrito y de los procesos cognitivos involucrados dentro del marco de la psicología
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