Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

La cuestión de la escritura de las recomendaciones en las aulas
Como se sabe, la lectura y la escritura son dos prácticas distintas que deben estar
presentes en el aula todos los días. Aunque pueda resultar obvio, sólo se forma un
lector, leyendo y sólo se forma un escritor competente en la medida en que se escribe
y se corrige constantemente. Esta obviedad tal vez resulte clara en otros niveles del
sistema educativo pero en la educación inicial y primaria muchas veces formó parte de
un discurso y no de una práctica diaria pues se han realizado y realizan prácticas de
lectura y escritura sin sentido que, lejos de acercar al estudiante a la lectura y a la
producción de textos, lo alejan cada vez más. En las prácticas concretas que se
realizan, por ejemplo en el nivel primario siguen estando vigentes actividades que se
consideran en el mundo docente que pueden ser útiles para comprender un texto
como el marcado de la introducción, el nudo y el desenlace de una historia, la
caracterización de los personajes principales y secundarios y la ubicación de los
elementos que forman el cronotopos del texto trabajado. Con respecto a las
actividades de escritura derivadas de la lectura tal vez las prácticas más comunes,
presentadas por los propios maestros, sean el cambiarle el final a la historia o
contestar un cuestionario.
Pero también hay otro elemento que se suma a los dos anteriores: sólo se puede
dar aquello que se posee, es decir que sólo puedo “dar a leer” si yo he leído
previamente y sólo se puede guiar una práctica de escritura si se ha pasado por esa
experiencia, escribiendo textos con sentido y pensados en el horizonte de la
circulación social.
Al haber partido de la premisa de que era necesario dar de leer, es decir presentar
una serie de textos para que las maestras leyeran, disfrutaran y reflexionaran, se armó
un corpus con los autores mencionados anteriormente. A estos se sumo una selección
especial de otros libros, los álbumes, que las docentes conocían pero a los que veían
tan sólo como un libro con dibujos. Este último grupo de textos fue tal vez la novedad
porque las docentes no comprendían, más allá de haber visto muchos libros álbumes,
las diferencias con los libros con ilustraciones y mucho menos pensaban en la utilidad
pedagógico – didáctica que poseían. Se les pidió que analizaran tratando de buscar la
comprensión de que por un lado se encuentran los libros que poseen imágenes pero
que las mismas son sólo un acompañamiento del texto, una mera ilustración, y por el
otro lado los que poseen ilustraciones que colaboran en la construcción del sentido,
existiendo entre palabra e imagen una relación de complementariedad. A partir de las
ideas de Nakamura Aburto y Peralta López (2004) se trabajó en torno a algunas
características, entre ellas, que se encuentran que la imagen ayuda a ampliar las
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