Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

más limpia que la de una fogata pero no por eso deja de ser difusa, mejor dicho difícil
de captar para los paisanos que no están acostumbrados a su brillo. Es también esta
luz literal, que es, según el narrador, un símbolo de civilización que ellos no poseían, la
que más adelante en la primera parte del relato despierta la curiosidad de los
paisanos, rasgo fundamental de la civilización.
En la primera parte de la novela, hay otras descripciones literales que pueden ser
interpretadas como metáforas, por ejemplo: “los cuerpos se apretaron tanto, que quien
los viera pudiera llegar a suponer que se trataba de una sola persona. Pero Maure,
que era el único que miraba ya sabía que eran dos” 7 . A través de un abrazo los
cuerpos podían literalmente parecer uno, en clara referencia a la metáfora de los
enamorados que son “uno”. También al hablar de la falta de profundidad de los
paisanos, la acción se vuelve literal: “Para ellos era todo plano y liso, todo llanito. No
concebían, no podía concebir, alturas ni profundidades” 8 . Es decir, la falta de
profundidad psicológica reside literalmente en la falta de pliegues en el llano. Esta
forma de volver literales las metáforas le permite al autor poner en cuestión el
concepto de razón, sobre todo respecto de la metáfora de la luz. Al volver a la razón,
un bien que no puede ser poseído, nos da la idea literal de que cualquiera puede
encender una fogata, o ser iluminado por la luz, pero también la idea metafórica de que
esa luz (los) cambia. Un ejemplo de este cambio es el de “La Luciana”, el personaje
que en la primera parte del relato se acerca a la casa de donde venía la luz y conoce a
Esteban Echeverría, por el que en la segunda parte abandona el campo y se
transforma en “Luciana Maure”. En “El destierro”, la metáfora de la razón como algo
literal sigue vigente, pero en este caso es encarnada directamente en el cuerpo de
Esteban Echeverría.
Si en la primera parte de la novela las metáforas se vuelven literales, podemos
pensar que, en la segunda parte de la novela, lo literal es metáfora. En esta parte de la
historia, Luciana emprende un recorrido tortuoso en búsqueda de Echeverría que
parece recordar la búsqueda de María por Brian en La cautiva, obra que resuena en
toda la segunda parte de la novela. Este recorrido se puede interpretar
metafóricamente como la búsqueda de la “razón” que se inicia en la primera parte del
relato con el encuentro de Luciana con Echeverría. Este encuentro “ilumina” a Luciana
y la impulsa a abandonar lo que conoce para ir a buscar a Echeverría. No se puede
considerar casual el camino que realiza Luciana desde el campo hacia Colonia
Uruguay y que debía continuar hasta la ciudad de Asunción. Nuevamente, el tópico de
7 Ibíd., p. 61.
8 Ibíd., p. 81.
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