Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

arreras físicas, económicas, intelectuales o sociales que aíslan la biblioteca de
la comunidad y su entorno. 2
Ahora bien, si existe un verdadero compromiso del docente, lectores se pueden
formar desde cualquier área del conocimiento; por ejemplo, para el profesor de física
resultaría más fácil, además de ameno, enseñar la teoría de la relatividad a partir de la
lectura del capítulo La gran explosión de la novela El mundo de Sofía de Jostein
Gaader. De la misma manera, la matemática sería más familiar y agradable y menos
terrorífica si el profesor que pretende enseñar las tablas de multiplicar, lee junto con los
niños El diablo de las matemáticas, de Hans Magnus Enzensberger, novela muy
didáctica en cuanto al tema de las tablas de multiplicar se refiere. Es bien sabida la
complejidad del área de filosofía, se requiere mucho rigor intelectual para acercarse a
ella; no obstante, cuan agradable resultaría un curso completo de esta área a partir de
la lectura de la novela El mundo de Sofía. De igual manera, resultaría más asequible
para el estudiante de grado once entender El mito de la caverna, de Platón, a partir de
la lectura de la novela, particularmente el capitulo trece, La caverna, de José
Saramago.
Los anteriores sólo son unos ejemplos, pero igual sucede con las demás áreas del
conocimiento, todas son susceptibles de ser enseñadas a partir de textos literarios que
permitan de un lado alivianar el peso de la exigencia académica, y de otro despertar el
gusto por la lectura.
Otra situación que se presenta en la educación y que contribuye a alejar al
estudiante del gusto por la lectura y la escritura, es la mala orientación que algunos
docentes de Español y Literatura dan a sus educandos; de manera irresponsable
asignan lecturas de novelas o textos literarios no adecuados para el grado académico
y el nivel intelectual de éstos; por ejemplo, con frecuencia encontramos como lectura
obligatoria para el grado quinto de primaria El coronel no tiene quien le escriba; El
otoño del Patriarca para grado octavo; en grado once La Divina Comedia; etc. obras
de esta dimensión no se pueden asignar a la ligera, pues exigen aunque no lectores
especializados, si avisados y que cuenten con algunas herramientas que les permitan
acercarse de manera más provechosa.
En relación con este tópico si bien es indiscutible que cada texto intrínsecamente
posee sus propios códigos y claves que el lector debe ir reconstruyendo, también lo es
que el lector bisoño necesita, - como dijera Estanislao Zuleta, no muletas ni cabestros
- pero sí pistas que lo orienten en la búsqueda de las luces del texto; en consecuencia,
2 Bruno Revesz. En 6° Congreso Nacional de Lectura p ara Construir Nación: Memorias Abril 19 a 22 de 2004, Bogotá
DC. Fundalectura, 2004 Pág. 51.
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