Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

posmodernos”. La figura actual más destacada de la Retórica Crítica es Raymie E.
McKerrow, quien desempeña su actividad académica en la Universidad de Ohio,
donde dicta cursos sobre Retórica Contemporánea, Comunicación, y Retórica en
relación con la Cultura, el cambio social y la Teoría Feminista.
Según McKerrow, desde que Platón criticó la Retórica y la marginó al ubicarla al
servicio de la verdad, los teóricos asumieron la carga de tener que defender que la
retórica “no es un arte inferior” (Hariman, 1986: 47). Los intentos para rescatarla de
ese papel servil han recurrido a menudo a principios universales de la razón, por ello
McKerrow sostiene que si queremos escapar de la influencia trivializadora de enfoques
universalistas, la tarea no es rehabilitar la retórica, sino anunciarla en términos de una
práctica crítica. McKerrow explicita que el rechazo de principios trascendentales o
universales para evaluar la retórica plantea una pregunta: “¿Hemos abandonado la
búsqueda platónica y adoptado el sofismo?” La respuesta, sostiene, es “sí”.
De allí que McKerrow plantee el concepto de una retórica crítica, concebida como
una perspectiva sobre la retórica que explora, en términos teóricos y prácticos, las
implicaciones de una teoría que está divorciada de las restricciones de una concepción
platónica. Entre las características genéricas de la Retórica Crítica, destaca que
comparte un “espíritu crítico” común a las perspectivas de Horkheimer, Adorno y
Foucault. Por otra parte, McKerrow afirma que el investigador en Retórica Crítica
busca exponer y socavar el discurso del poder para desbaratar sus efectos en una
relación social de dominación. La Retórica Crítica, asimismo, tiene una identificación
partidaria pero no acrítica con los movimientos sociales de oposición y resistencia, es
decir que la crítica no es indiferente ni impersonal, pues se plantea un enemigo, lo
cual, advierte McKerrow implica ir más allá de las formas más tradicionales de critica
retórica. Por último, una práctica crítica debe tener consecuencias prácticas, en el
sentido en que tiene que contribuir a identificar posibilidades de acción que promuevan
el cambio social.
McKerrow postula que una Retórica Crítica abarca dos perspectivas
complementarias, la “crítica de la dominación” y la que denomina “crítica de la
libertad”. La crítica de la dominación, que recupera las propuestas sociológicas de
Giddens 1 y de Therborn 2 , constituye una crítica de las ideologías, concebidas como
creaciones retóricas que sirven para legitimar la dominación. Pero si la Retórica Crítica
1 Guiddens (1979: 187-188) sostiene que “la principal utilidad del concepto de ideología le corresponde a la crítica de la
dominación” y que el énfasis ha cambiado de la pregunta “¿es verdadero o falso el discurso?” a “¡cómo se moviliza el
discurso para legitimar los intereses sectarios de grupos hegemónicos?”.
2 Para Therborn (1980), la dominación ocurre por medio de la construcción y el mantenimiento de un orden del discurso
particular y el despliegue de afirmaciones y sanciones no discursivas. Por otra parte, se refiere a las ideologías “ego”,
que identifican “quiénes somos” y existen en conjunción con ideologías “alter”, que definen lo que no somos.
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