Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

[…] De desear es pues que el Gobierno chileno[…] enmiende el yerro que cometió
cuando decretó para Chile una ortografía especial. (Román 1908-1911: XII)
Para el sacerdote, el uso de una ortografía chilena es una idea “tan utópica como
descabellada” (Román 1908-1911: XII) y por lo mismo se opone a su uso, sobre todo
por el peligro que conllevaría la proliferación de éstas en los países de habla española.
IV: Conclusiones
La mayoría de los puntos relacionados con ortografía en los diccionarios estudiados
tienen una relación directa con la biunivocidad fonema-grafema y la problemática que
esta realización genera en la escritura. No solo en el caso del español de Chile, sino
que en la mayoría de los países latinoamericanos, muchos de estos puntos tienen que
ver con algunas de las isoglosas andaluzas (cf. Lapesa 1981). Es relevante que los
primeros lexicógrafos americanos tuvieran claridad respecto a la realización de ciertos
fenómenos, muchos de los cuales estaban penalizados por insignes intelectuales –
como es el caso de Andrés Bello (cf. Bello 1940) – y aun así, establecieran una
postura que se acerca más a la descripción que a la prescripción. Tal es el caso de
Esteban Pichardo –autor del primer diccionario de provincialismos en América, el
Diccionario provincial casi-razonado de voces cubanas, en 1836– quien señala en su
“Prólogo”:
[…] en la isla de Cuba no hay una persona de su suelo que pronuncie ce ci y la z
como se debe: lo mismo sucede con la ll y la y, con la b y la v; todo es s y b: la
costumbre y el trato común desde la infancia forman una habitud invariable: las
gentes de letras, escriben correctamente, aun cuando se esperen en
perfeccionar su pronunciación en sus mayores años; al fin se cansan hablando
con un trabajo y afectación que les hace volver á la locución aguachinangada.
Yo, por mí, debo confesar que en las conversaciones, no muy familiares,
empiezo cuidadosamente distinguiendo la c y z de la s, la ll de la y, la v de la b,
mas á poco, todo se me olvida, y adios prosodia… (Pichardo 1836: IV)
En la presente investigación se analizaron las ideas ortográficas de los autores de
las principales producciones lexicográficas monolingües y diferenciales publicadas
entre los años 1875 y 1919. A partir de la revisión de algunas de sus ideas respecto a
la cuestión ortográfica, se puede constatar que se está ante gestos codificadores
donde predomina una voluntad de intervención lingüística. Son estos autores, con sus
conocimientos respecto a la tradición normativa, los que abogan por un uso ortográfico
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