Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

casi exclusivamente asociadas a lo escolar, al contrario de muchos otros niños que
han tenido la posibilidad de acercarse a la lectura a través de sus padres, abuelos, etc.
Al comienzo de la ponencia se señaló que el tránsito por la escuela infantil por parte
de los adultos, operó como obstáculo. Al respecto, quisiéramos tomar una cita del libro
“Historias de lectura” de Michel Peroni 3 , quien señala la importancia del libro y su
relación con el sistema escolar: “Cuando se le pregunta a alguien su grado de
escolaridad, ya se tiene una previsión en cuanto a lo que lee, respecto a su manera de
leer” (Peroni: 2003; 20). Por nuestra parte podemos señalar que históricamente la
escuela ha privilegiado un único portador textual, el libro. Apoyada en la teoría
conductista, la cual supone una aproximación lineal, progresiva y controlada para la
enseñanza de la lectura y la escritura: primero las letras, luego palabras y por último
oraciones; propone ciertas actividades en el aula que son abordadas de una misma
manera, tendientes a la extracción de resultados, fortalecida por actividades repetitivas
y cuyo recorrido se cierra en la actividad misma. Como por ejemplo, recortar palabras
de diarios, subrayar adjetivos o sustantivos de poesías, armar oraciones, etc. En este
tipo de actividades el texto queda relegado, puesto que es notorio ver que los docentes
sólo permiten el acceso al mismo una vez que los adultos “leen bien”, según ellos (los
docentes) lo consideran.
En suma, se podría decir que estas actividades realizadas frecuentemente en las
escuelas de adultos, se apoyan en una concepción de la alfabetización como la
adquisición mecánica de una habilidad. Si bien estas prácticas ya han sido
ampliamente criticadas, llama la atención que aún se encuentren presentes en
educación de adultos, pudiendo observar en varias escuelas para adultos 4 que las
actividades propuestas son las mismas que se llevan adelante en la escuela infantil,
según lo descripto anteriormente.
Frente a esto, podemos señalar las dificultades en la actividad con las tarjetas
propuesta en uno de los Centros: una tendencia a armar oraciones, más allá de la
coherencia de lo que se estaba realizando; tomar los breves textos como objetos a
agrupar; unir sin poder establecer relación con lo que se estaba uniendo.
Desapareciendo la voz del autor, lo que dice y lo que hay que interpretar de ello.
Saber leer no es realizar una traducción oral de un texto. Es poder comprender lo
escrito, lograr establecer relaciones, recuperar las intenciones del autor a través de la
3 PERONI, Michel. Historias de lectura. Trayectorias de vida y de lectura. FCE. México, 2003.
4 Cabe señalar que esto lo hemos observado en actividades desarrolladas en escuelas de adultos como parte del
trabajo de campo propuesto en varias asignaturas de la carrera
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