Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

operación —el solapamiento de los sistemas del inglés y del español— se constituye
en una instancia de alternancia de lenguas, en la que el sistema léxico lo aporta el
inglés pero la morfosintaxis y la semántica corresponden al español. Así, el examen
del título pone de manifiesto que las lecturas efectivas del texto fuente pueden ser muy
dispares. En este caso, se establece una clara diferencia entre la lectura que puede
realizar el lector monolingüe anglosajón y el lector chicano (interlingüe), cuya condición
lingüístico-cultural no coincide con la del lector que tiene conocimiento de las dos
lenguas pero que carece de la experiencia de la frontera lingüístico-cultural a la que
invita esta escritura.
Ahora bien, examinemos la elección registrada en la traducción de esta obra al
español, “El arroyo de la Llorona”, en la que Valenzuela ha optado por el adjetivo
“llorona”, en lugar de “gritona” para traducir el participio presente “hollering”. ¿Cómo
explicar la decisión de la traductora cuando, en efecto y como indica Joysmith (2000),
el nombre del arroyo aparece traducido intratextualmente en la obra misma? Así se
corrobora en el siguiente fragmento: “La Gritona. Such a funny name for such a lovely
arroyo. But that’s what they called the creek that ran behind the house. Though no one
could say whether the woman had hollered from anger or pain.” (Cisneros, 1991, 46),
que Valenzuela traduce como: “La Llorona. Qué nombre tan extraño para un arroyo tan
hermoso. Pero así le decían a ese arroyo que pasaba por detrás de la casa. Aunque
nadie podía decir si la mujer había llorado de coraje o de dolor” (Valenzuela, 1996, 50).
Con todo, no resulta difícil tejer hipótesis para explicar la decisión de Valenzuela. Es
probable que, en el afán de suscitar el interés de un público más amplio, la traductora
y/o la editorial hayan empleado este adjetivo que evoca ineludiblemente un mito ya
conocido por el público hispanohablante al que se busca conquistar. Al igual que otras
decisiones que evidencian las traducciones, esta elección tiene un costo, que parece
ser alto en este caso. No podemos dejar de observar que el fenómeno de
extrañamiento que aparecía en el texto original queda neutralizado en las prácticas de
escritura y de lectura que pone en marcha el texto meta en el caso de la versión que
nos ocupa. Más aún, la construcción de la imagen discursiva del responsable de la
enunciación del relato (ethos) y del responsable global de la enunciación de la
colección completa (locutor-Autor) orientan el gesto interpretativo del lector hacia otro
espacio cultural, en el que las mujeres mexicanas y chicanas se identifican con la
representación del mito de la Llorona, tal como lo conocemos, sin dejar lugar a la
resignificación de esta leyenda que el responsable de la enunciación se esfuerza por
plasmar en este relato en cuestión y en toda la colección, pues, como nos recuerda
Joysmith (2000:153-4):
600