Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

De otro lado, si no es atinado asignar obras inadecuadas al nivel intelectual y grado
académico del estudiante, menos lo es asignar obras que el profesor nunca ha leído;
esta situación se presenta con mucha frecuencia, el docente siguiendo acríticamente
los textos guía que las editoriales con la anuencia de Secretarías de Educación
imponen, asigna lecturas de obras literarias que nunca ha leído; lo que conlleva a que
el estudiante se encuentre sólo y desorientado en el sendero de la lectura.
Asignar una obra literaria para la que el estudiante no está preparado ni académica
ni intelectualmente, y obras que el docente no puede acompañar porque no las
conoce, puede causar un daño irreparable pues el aprendiz de lector termina
aborreciendo la lectura.
El sistema educativo realmente no nos ha enseñado a gozar con la lectura sino a
sufrir con ella; la literatura se impone como una tarea o un castigo, pero nunca como
un permanente goce, por ejemplo, cuando un estudiante comete una falta disciplinaria
o académica, se le manda a la biblioteca. Además, se lee para responder un examen y
pasar un curso, el placer, el trabajo, la discusión, la contradicción dialógica con el texto
son categorías ausentes en el ejercicio de la lectura. Fruto de estos vicios el joven
llega a la universidad con vacíos enormes que le impiden responder preguntas que
impliquen reflexiones profundas.
Ahora, ¿Qué es lo que más se lee en el país? Tonterías: libros de superación
personal, de autoestima y los bestseller que impone el mercado. En bibliotecas
privadas y en públicas no faltan las obras del almibarado Cohello o del insípido
Cáutemoc Sánchez compartiendo anaquel con los mejores poetas y novelistas del
mundo. Este tipo de “literatura” ha hecho una carrera impresionante alcanzando
lugares en todos los estratos sociales y culturales.
Frente a la apatía por la lectura, la familia también tiene un importante grado de
responsabilidad; no tenemos padres ni madres lectores, esta actividad está ausente de
la cotidianidad; además, el libro está lejos de hacer parte de la canasta familiar.
Cuando se construye o se remodela una casa, se destina siempre un significativo
espacio para habitaciones, baños, salas de visita, e incluso un sitio privilegiado para el
bar; mas, pocos piensan en el espacio de la biblioteca; pues éste no forma parte de los
imaginarios colectivos.
A la carencia de una cultura de tradición escrita y de un Sistema Educativo que
propicie la lectura como medio eficaz para transformar la conciencia humana, se suma
un factor más: los medios audiovisuales, particularmente la televisión y la Internet.
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