Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

uptura en la forma en que concibió a los penados, y que esa representación se puso
de manifiesto en las fotografías producidas por el aparato estatal.
Para fortalecer la postura oficial respecto a la reforma carcelaria el peronismo apeló
a las tradiciones fundacionales de la nacionalidad y la religión. En tal sentido, un
aspecto central en la reeducación y resocialización del penado consistió en la
asistencia religiosa. El respeto a la libertad de culto y de conciencia, la realización de
ceremonias, así como de la enseñanza religiosa y moral, fueron componentes
importantes de la reforma. Si bien el respeto de la libertad de culto permitía que los
penados practicaran la religión que profesaran, lo cierto fue que la religión católica se
convirtió en la oficial en las cárceles. La centralidad de los símbolos religiosos se
observan en muchas fotos: los crucifijos en las celdas, las imágenes de vírgenes y
santos, así como la presencia de religiosas en la entrega de los diplomas al cuerpo
penitenciario.
En efecto, en 1950 con motivo de las celebraciones por el “Año del Libertador
General San Martín” se realizaron en la penitenciaria varios festejos. Al contarlos
Pettinato en la RRP, no casualmente hizo alusión a la preocupación por la cuestión
penal que manifestaba San Martín, quién manifestó “un claro concepto de política
carcelaria humanizada”. 12 Para Pettinato, la doctrina de San Martín venía sin duda a
legitimar la acción estatal peronista basaba en la comprensión, en el camino de
construcción de una pena humanizada. Camino, que iba a ser retomado por quién era
un continuador de los ideales sanmartinianos. La doctrina y el camino, iban a tener su
correspondencia 130 años después, vertidas por otro conductor, que tenía también
múltiples preocupaciones por los presos y de esta forma actualizaba el mensaje de
fraterna comprensión hacia el penado. Para marcar las continuidades entre ambos
pensamientos, Pettinato expone la “doctrina” sanmartiniana, y cita seguido fragmentos
del discurso de Perón que desarrollan y completan aquel pensamiento. Dicho discurso
había sido pronunciado por el Presidente el 17 de octubre de 1946, al inaugurar el
Campo de Deportes de la Penitenciaría Nacional:
Esa obligación es la de recordar que los hombres que se encuentran en esta casa son
también hombres y son también argentinos. La obligación del personal de los penados
no radica en castigar o sancionar sino simplemente en asegurar (...) La dignidad
humana se encuentra en todas partes y estas cárceles deben ser escuelas de
readaptación, que vayan convirtiendo a los penados en hombres útiles para sociedad. 13
12 Pettinato, Roberto. “Nuestro Homenaje al Libertador”, en Revista Penal y Penitenciaria, Año XV, Nos. 55/58, Buenos
Aires: Dirección General de Institutos Penales, 1950, p. 4.
13 Pettinato, Roberto. “Nuestro Homenaje al Libertador”, en Revista Penal y Penitenciaria, Año XV, Nos. 55/58, Buenos
Aires: Dirección General de Institutos Penales, 1950, p. 5. El subrayado es nuestro.
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