Libro de Actas del Congreso Regional de la Cátedra ... - UNGS

Además, Vidal de Battini describe las diferentes entonaciones de la Argentina en
relación con las distintas zonas lingüísticas. En relación con la porteña, por dar un
ejemplo, distingue la “entonación tradicional” de “las nuevas entonaciones de Buenos
Aires”. La primera es “entre todas las de la Argentina, la que más se acerca a la
entonación castellana, particularmente la que observamos en los descendientes de
antiguas familias criollas y de finos hábitos lingüísticos: el acento señorial del porteño
de familias patricias, y en el pueblo, el acento grave y reposado del campesino de
antiguo arraigo. Esta es la entonación de toda la región rioplatense (incluido el
Uruguay)” (pág. 130). Según Battini, esa entonación es propia de la lengua general:
una “entonación criolla con características propias dentro de las generales del acento
español” (p. 132). Las entonaciones nuevas, en cambio, incluyen la tonada lunfarda (o
arrabalera o maleva) y “una entonación de influencia italiana no bien definida”, que “se
ha extendido modernamente desde las clases populares hacia ciertos sectores de las
clases cultas; en grados y matices diversos se advierte su tono agudo y su final
ascendente; en la frase enunciativa la vocal acentuada final, con alargamiento,
mantiene su tono, con descenso imperceptible, y hasta da la impresión de ascender
como en el esquema de la interrogación”. Cita a Amado Alonso y Henríquez Ureña,
quien consideran que esa nueva entonación “va abiertamente contra las tradiciones
idiomáticas del país” (p. 135). Volveremos, luego, a los efectos “poco tradicionales” de
la inmigración sobre el español de la Argentina.
Morfología
Previsiblemente un lugar preponderante dentro de los fenómenos morfológicos lo
ocupa el paradigma verbal. “En la escuela se enseña, por supuesto, la conjugación de
la lengua culta con la persona tú y sus formas verbales correspondientes, y es el uso
que se mantiene en la expresión escrita. Pero la lengua popular y familiar usa el vos en
todo el país” (p. 155). A causa de la extensión del vos, Battini presenta el paradigma
correspondiente, lo cual resulta una iniciativa saludable, al carecer los maestros de
otros instrumentos de consulta, excepto la propia intuición. Algunos datos presentados,
sin embargo, no parecen certeros y propenden a atribuir al tú una mayor vitalidad de la
que efectivamente tenía en aquel momento: “entre personas de cultura de todo el país
se oye vos cantas, vos comes, vos vives, vos eres”. Si bien (como se verá más
adelante) Battini recomienda resignarse a la utilización del vos en la oralidad (véase p.
190), resulta poco adecuada la descripción de que el uso de las formas
correspondientes se restringe a ese ámbito, excluyéndolo de la lengua escrita.
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