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Es importante tener en cuenta el ambiente regulatorio actual y futuro, para reflexionar en
las implicaciones que originan un proceso de conversión de NIF, en el caso de las empresas
mexicanas, a las IFRS.
La experiencia en grandes compañías globales que han vivido estos procesos, indica que
una conversión a IFRS representa un importante desafío, ya que involucra inversiones en
recursos humanos, materiales y de asesores, entre otros, además de tiempo, el cual varía
dependiendo de la complejidad de las transacciones y los controles establecidos en el
registro e identificación de las mismas de entre 18 a 30 meses para completar el proceso de
conversión.
Los impactos de la transición a IFRS pueden tener efectos amplios en las organizaciones
que van más allá de los aspectos contables. Por ello, requerirán de un enfoque estratégico y
que involucre a distintas áreas dentro de la organización.
Por ello se ha recabado la información que proporciona la firma de asesoría contable
Deloitte, en sus boletines anuales llamados: “Pulso IFRS”, para lo cual se analizó a detalle
la información de 303 ejecutivos de empresas públicas y privadas en México. Del total de
ejecutivos consultados, 48% correspondieron a empresas públicas y 52% a empresas
privadas. Este estudio, se elaboró a nivel multi-industria, contando con la participación de
ejecutivos de empresas de Manufactura, Servicios Financieros, Construcción, Consumo,
Tecnología y Medios de Comunicación, entre otros sectores.
Uno de los objetivos planteados por este estudio fue saber el nivel de adopción de IFRS en
las compañías en México, ya sea en empresas que ya preparan sus estados financieros con
base en IFRS o en aquellas que deben reportar en el extranjero. A nivel general, los
resultados reflejan un avance importante en el nivel de adopción durante el último año. En
2009 sólo el 34% de participantes declaró que ya aplicaban IFRS en sus reportes
financieros. Para la versión 2010 el porcentaje de empresas que ya concluyeron el proceso
de adopción y que ya reportan bajo este nuevo estándar es del 50%.
Al segmentar las respuestas por tipo de empresa, se notó que uno de los mayores avances
en la adopción a IFRS se ha dado en empresas públicas con operaciones nacionales, con un
incremento de 21 puntos porcentuales. En empresas públicas que además tienen
operaciones internacionales o que cotizan en otros mercados, también existen avances,
aunque en menor proporción, con 6% más que el año pasado.
Las empresas privadas también han avanzado significativamente en este proceso, aun
cuando éstas no están obligadas a reportar bajo IFRS en 2012. A diferencia del año 2009,
en el cual solamente 28% aplicaba IFRS, este año la cifra ha aumentado 25 puntos
porcentuales.
Otro dato importante a considerar en el avance de la conversión a IFRS en nuestro país, es
el hecho de que en 2009 la mayoría de las empresas que aún no reportaban bajo este
estándar ni siquiera contaban con una planeación al respecto. En contraste, en dicho estudio
de 2010 revela que sólo 35% de los participantes que aún no reportan bajo IFRS no cuentan
con un plan para la implementación.
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