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planamente por lo que se propagó en distintos cuerpos de agua, no obstante las advertencias
de su difusión tuviera impactos dañinos o negativos. El caso de la carpa herbívora
(Ctenfaryngodon idella) no prosperó, debido a que se pierden los registros de su
distribución en la laguna del Burro, lugar en el cual se introdujo. Las especies adaptadas
tuvieron efectos negativos sobre las especies locales, situación que la mayoría de los casos
salió de control.
La introducción de especies acuáticas en el lago de Pátzcuaro en 1936 tuvo como propósito
mejorar la captura, así como fomentar la actividad turística con la lobina negra
(Micropterus salmoides). Dicha especie se caracteriza por ser voraz y se convirtió en un
gran depredador incluso del “pez blanco”, debido a lo anterior la selección de las siguientes
especies a introducir se enfocó en especies herbívoras de poca agresividad y alto índice de
conversión. La búsqueda de especies y la novedad de la piscicultura china a finales de la
década de los setenta dieron lugar al policultivo chino cuya base son ciprinidos. Por lo que
es probable que la introducción de las carpas: de israel y la herbívora obedecieran a ese
interés (Argueta, 1986).
Los efectos de la lobina se describen como el daño más grave causado a la fauna del lago
en el lago de Pátzcuaro (Mateo Rosas, 1976; citado por Argueta, op. cit.). No obstante los
efectos de la introducción de la carpa no han sido menospreciados. Se reconoce que la
introducción de la carpa común (Cyprinus carpio), es especialmente dañina para el
ecosistema. Lo anterior debido a que por sus hábitos de remoción de fondos han causado,
serias alteraciones del nicho ecológico del pescado blanco. También acrecienta los
problemas como es la turbidez del agua, la alteración de la vegetación hidrófila y de las
condiciones de reproducción de las especies nativas.
Sumado a lo anterior sus características organolépticas y fisiológicas generan una baja
demanda en el mercado, por lo que no figura ampliamente entre los gustos y preferencias
predominantes situación que la hace fácilmente sustituible. Lo que le genera un precio de
venta para ejemplares menores de 15 cm. de entre $3 y $10. Así como un precio de venta
para ejemplares superiores a los 20 cm. entre $15 y $30. Lo anterior la convierte en una
especie que no genera interés o incentivo para los pescadores; no es una especie
económicamente viable. La poca captura y la ausencia de predadores de la carpa la hacen
una especie abundante en el lago. Según Zambrano 210 toneladas en 2009; según CRIP,
casi 1,000 toneladas en 2001, (publicado 2005); según Ortiz, 450 Toneladas, 2005. Lo que
arroja resultados relativamente contradictorios. Sin embargo, para fines del presente se
puede partir del estudio de Zambrano, por ser el más reciente. Lo cual representaría cerca
de la tercera parte de la biomasa total en el cual se cuanta con otras siete especies.
Con la existencia de una importante biomasa de carpa, que tiene efectos negativos en el
sistema lacustre y que no tiene aporte económico significativo en la pesca, según Ortiz,
2004; 20% de la captura total representa 7% del valor económico. La pregunta conductora
de la investigación es: ¿Cuál es viabilidad para la implementación de actividades
económicas que generen desarrollo a partir de la extracción de la carpa? Aproximar una
respuesta, mostraría una actividad con potencial de ejecución y por lo tanto con potenciales
beneficios, tanto económicos, como ecológicos y ambientales para la población. La
demostración del primer aspecto justifica que se realice un estudio de este tipo, en el cual
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