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la cotización de las mejores empresas para trabajar ha crecido con un promedio de casi 10%<br />

anualmente; han superado de forma consistente los índices bursátiles, al multiplicar sus<br />

inversiones (Begoña & Palle).<br />

La lucha por captar al mejor talento humano, es quizás la mayor batalla que libran hoy en<br />

día las empresas de todo el mundo, pues reconocen que de lograrlo podrán contrarrestar los<br />

efectos de un mal clima organizacional (Recurso Humano y Seguridad, 2008);<br />

Situaciones de conflicto y aumento de insatisfacción, provocando ausentismo, que<br />

se define como la inasistencia frecuente al trabajo constituyendo un costo e<br />

interrupciones enormes para los empleadores (Robbins & Judge, 2009).<br />

Conductas que amenazan el bienestar de la organización, como lentitud, desgano e<br />

indiferencia, y en consecuencia menos productividad.<br />

Predomina la actitud de cumplir con la ley del mínimo esfuerzo. Al respecto,<br />

Goleman (2010), señala que el impacto del clima laboral sobre el rendimiento es de<br />

un 20% a un 30%.<br />

Rotación, entendiéndose ésta como el retiro voluntario o involuntario de una<br />

organización. Y una tasa de rotación elevada significa costos más altos de<br />

reclutamiento, selección y capacitación.<br />

En general, en una organización las actitudes de un empleado hacia diversos aspectos del<br />

trabajo son producto tanto de su experiencia interior y exterior, como de sus circunstancias<br />

laborales. Por esta razón, si las personas perciben los sistemas, procedimientos, objetivos y<br />

prácticas administrativas como algo acorde con sus propias necesidades, objetivos y<br />

aspiraciones, el clima organizacional será de mutua confianza y aceptación de las<br />

condiciones para permanecer en ella (Vázquez Martínez & Guadarrama Granados, 2001).<br />

Al hablar de México, las modas administrativas no han pasado desapercibidas; la presencia<br />

de empresas globales y sus prácticas gerenciales, así como la participación de algunas<br />

grandes empresas nacionales en la competencia global han contagiado a las demás<br />

organizaciones mexicanas a reproducir las nuevas prácticas administrativas (Guillén<br />

Mondragón & Aduana Mondragón, 2008).<br />

Ya empresas mexicanas reconocen que, el clima organizacional brinda vitalidad a los<br />

sistemas organizativos, permitiendo una mayor productividad por su evidente vinculación<br />

con el recurso humano.<br />

Este fenómeno, ha tomado auge ante la necesidad de comprender todo lo que influye en el<br />

rendimiento de las personas, como condición indispensable en la obtención de la excelencia<br />

en el proceso del cambio y así lograr una mayor eficiencia organizativa (Rodríguez Salvá,<br />

Álvarez Pérez, Sosa Lorenzo, De Vos, Bonet Gorbea, & Van der Stuyft, 2010).<br />

Lo anterior, sustentado por el hecho de que recientemente empresas del país se han visto<br />

afectadas por un incremento en sus costos, derivado en un alza en la inactividad<br />

compensada, es decir, por aquellos días que se pagan y no se trabajan, así como un<br />

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