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5. APUNTES FINALES: CRISIS Y DESARROLLO LOCAL, POSIBLES ESCENARIOS
A partir de este escenario, ¿cuál pueden ser las consecuencias de la crisis económica
actual en las PEDL vinculadas a la creación de empleo? Cierto es, como apuntábamos al
principio de este texto, que el desarrollo local se ha caracterizado, en su versión distrital,
como un fenómeno relativamente espontáneo y que se da como respuesta a momentos de
crisis. Sin embargo, las PEDL, tal y como las hemos caracterizado, suponen un conjunto de
actuaciones institucionalizadas y reguladas (de forma laxa, pero reguladas al fin y al cabo)
y con escaso margen de maniobra. La lógica financiadora actual ciertamente ha permitido
un desarrollo de acciones y experiencias desde el territorio. Estas subvenciones al
desarrollo local han permitido, en muchos casos, una activación y articulación del territorio,
a partir de una mayor interacción de sus actores y de una potenciación de sus recursos. Pero
también ha “acomodado” a los territorios a actuar bajo esta lógica. Calvo (2011) realiza
una crítica al modelo de desarrollo local y plantea una serie de limitaciones del modelo que
van en la línea de lo que queremos exponer. Entre ellas, destacamos la escasa implicación
administrativa, el carácter experimental y experiencial, y la dependencia económica de
subvenciones y ayudas públicas.
La crisis económica actual, desde el ámbito de la UE, se está “tratando” desde una
estrategia de constricción del gasto público. El “aligeramiento” del Estado es una premisa
para la UE y para los diferentes organismos internacionales vinculados con ella (Banco
Mundial, Fondo Monetario Internacional). El presupuesto actual del FSE para el período
2007-2013 no ha sufrido los efectos de la crisis (más de 76.000 millones de euros) (aunque
esto se debe a que éste se acordó antes del inicio del período de crisis) y en el presupuesto
del FSE para el período 2014-2020 se prevé un aumento hasta los 84.000 millones de euros.
Pero hay que tener en cuenta dos cuestiones. La primera, para el período 2014-2020 ya se
incluyen recomendaciones para limitar el número de objetivos y prioridades a financiar. La
segunda cuestión hace referencia a la cofinanciación de las acciones del FSE. Para el
período 2007-2013, el 65,4% de la financiación corresponde al FSE, el 31,3% a los Estados
miembro y el 3,3% a entidades privadas.
Esto es, el FSE que vehicula gran parte de las acciones de las PEDL necesita de la
financiación de las empresas y de los Estados. Esta cofinanciación resulta compleja en una
situación de crisis, donde la dirección que se está tomando desde la UE es la de la
reducción del déficit público de forma drástica y donde la fluidez del crédito bancario a
pymes está paralizada. El caso español resulta paradigmático por cuanto esta constricción
del gasto público se hace extensiva a los diferentes niveles administrativos: las
Comunidades Autónomas y Diputaciones provinciales (nivel regional) y, más importante si
cabe, los Ayuntamientos (nivel local). La situación de constricción del gasto es tal que
muchos municipios tienen dificultades para cuadrar los presupuestos municipales. Por otro
lado, las empresas, particularmente las pymes, carecen de la “confianza” de las entidades
bancarias a la hora de conseguir créditos, con lo que su actividad se ve limitada.
En este contexto resulta evidente lo complejo de articular y dinamizar a los actores
locales a la hora de poner en marcha iniciativas de desarrollo local. En época de bonanza
económica la complejidad para articular a estos actores ya era manifiesta, debido a la
contradicción en los intereses entre agentes sociales (Regalia, 2003). Precisamente, el papel
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