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Dada la carencia de una definición clara de la vinculación, Campos y Sánchez (2005),
clasifican las existentes bajo tres visiones diferentes:
La economicista, que considera que la prestación de servicios y productos
universitarios brinda la obtención de recursos propios a las universidades. Esto sería
la vinculación como venta de servicios.
La fisicalista o asistencial, como un acercamiento físico con la sociedad, dada por
el acortamiento de las distancias físicas entre universidad y sociedad. En la década
de 1970 se le ligó con propuestas de tipo asistencial.
Como una nueva función sustantiva de las IES. Durante muchos tiempo se
consideró que las universidades cumplían tres funciones sustantivas: la docencia, la
investigación y la extensión, la vinculación se consideraba parte de esta última; sin
embargo, esta postura ha cambiado en las última dos décadas, para dar paso a una
vinculación como un eje estructurador de la planeación académica (Campos y
Sánchez, 2005).
Esta última perspectiva se da a través de la búsqueda de mecanismos y formas de
articulación más estrechas y efectivas con la sociedad y la economía, obligando a un nuevo
contrato social entre la academia y la sociedad, bajo el cobijo de los apoyo
gubernamentales que se dan a través de a investigación.
En México, los esfuerzos para lograr vincular la academia y el sector productivo han sido
evidentes; en 1992, la Secretaría General Ejecutiva de la ANUIES y la Dirección General
de Desarrollo Tecnológico de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial ( SECOFI )
del gobierno federal, planteaban que las IES tenían que modificar sus estrategias de
formación de profesionales demandando que los alumnos cubrieran un tiempo de ejercicio
práctico, equivalente al de enseñanza teórica, para lograr una participación propositiva por
parte del estudiante.
En esa misma década se crearon las universidades tecnológicas, en el contexto del
Programa de Modernización Educativa (PME), que se proponía como alternativa a la
búsqueda de nuevas formas de vinculación entres las IES y los requerimientos de
desarrollo nacional (Taborga, Casillas y Acuña, 1992).
Adicionalmente, desde 1996 los Encuentros Regionales de la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) buscaban identificar las
coincidencias y los retos para los representantes de las IES y del sector productivo. Tal fue
el caso del “Primer Encuentro Regional de Vinculación entre las Instituciones de Educación
Superior y la micro, pequeña y mediana empresa” que se realizó en Tuxtla Gutiérrez
Chiapas en 1996, que tenía como objetivo: “analizar las perspectivas de la vinculación, con
base en las políticas gubernamentales de fomento y desarrollo; analizar las modalidades de
colaboración que ofrecen las IES, detectar las necesidades del sector productivo; e
identificar las oportunidades y opciones de vinculación entre estas instancias, con el
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