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fundamental de la administración científica de Taylor y evoluciona con las aportaciones de
Elton Mayo, Henry Fayol y otros.
No podemos hablar de un solo modelo de Calidad, son varios y todos utilizan los mismos
principios de la administración clásica, pero modificándolos en el momento de aplicarlos:
Tal es el caso de la supervisión, la evaluación de méritos y los aumentos salariales
personalizados; también reforman algunos aspectos organizacionales, como la pirámide del
poder y llaman atención sobre temas poco atendidos por otros modelos administrativos,
como la satisfacción de los clientes y el desarrollo de los proveedores.
La estrategia que busca la productividad por la estrategia de la Calidad se introduce en
México en la década de los 80’S y son varias las empresas que llevan a cabo programas de
Calidad, como una influencia, hasta cierto punto natural de las empresas norteamericanas,
más que las de origen oriental.
Este modelo del concepto de Calidad, que es el que se encuentra presente en nuestro país,
tiene que ver con los requisitos de los consumidores, dado que un producto o servicio solo
tiene Calidad, en la medida que satisface las expectativas del cliente. Además, es una
filosofía que debe convertirse en la forma de vida de todos los integrantes de la
organización.
Sin embargo, este es en el fondo la finalidad de esta propuesta, rumbo a la Calidad Total.
El camino avanzado en esa dirección ha sido limitado e insatisfactorio en todos los
aspectos, al punto que en el entorno empresarial de las PYMES, es prácticamente
desconocido y por lo mismo, una teoría para ellas “prácticamente difícil por no decir
imposible de aplicar” y prefieren una posición cómoda de “dejar hacer y dejar pasar”.
Han transcurrido los diez primeros años del siglo XXI y no se vislumbran cambios en el
corto, mediano y largo plazo. Pero hagamos un poco de historia para comprender esta
situación económica empresarial actual.
A partir del 1º. de enero de 1994, México forma parte del bloque económico más
importante de la región, a través de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de
América del Norte, TLCN, entre los Estados Unidos de Norteamérica, Canadá y nuestro
País.
Recuerdo en lo personal, que los empresarios de entonces, (estábamos en una reunión
sectorial nacional), vislumbraron la gran oportunidad para entrar a ofrecer sus productos en
los enormes mercados de consumo de esos dos gigantes de la zona americana norte.
Se recibió la noticia entre aplausos y entusiasmo (se suspendió momentáneamente la
reunión de empresarios), pensando que se iba a dar de manera fácil y se olvido que también
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