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calificación de desempeños en lugar de depender de las autoevaluaciones de los alumnos
como la Association to Advance Collegiate Schools of Business International (AACSB,
2007) en los Estados Unidos de Norteamérica y el Consejo de Acreditación en la
Enseñanza de la Contaduría y la Administración para el caso de la UMSNH.
Más recientemente, los resultados de Sitzmann y colaboradores (2010) sugieren que la
autoevaluación del conocimiento es generalmente más útil si se le considera como un
indicador de cómo se sienten los alumnos acerca de un curso en lugar de un indicador de
cuánto aprendieron en el mismo. Sus hallazgos también sugieren que la autoevaluación se
relaciona más fuertemente los niveles reales de conocimiento de los aprendientes cuando a
éstos se les ha proporcionado retroalimentación periódica con información descriptiva
sobre su desempeño que pueda auxiliarlos en calibrar sus autoevaluaciones. La gran
mayoría de los estudios que formaron parte del meta-análisis de Sitzmann utilizan la
autoevaluación como parte de las evaluaciones sumativas del curso, las cuales se contrastan
con evaluaciones formativas 22 . Otro hallazgo interesante de estos investigadores indica que
en el ámbito de los negocios, 30.5% de los reportes utilizados en su estudio manejan la
autoevaluación como un indicador del aprendizaje, a pesar de las dudas sobre la precisión
de las autoevaluaciones realizadas por los aprendientes. Finalmente, recomiendan que el
currículum y los cursos de administración se diseñen con el objetivo de promover las
habilidades de autoevaluación.
Por su parte, los profesores están adquiriendo cada vez mayor responsabilidad respecto a
la evaluación, tanto formativa como sumativa, de sus alumnos en todos los niveles.
Para el caso de Europa, a los alumnos se les pide además, y cada vez con mayor
frecuencia, que realicen su propia autoevaluación, ya sea representando gráficamente y
planificando su aprendizaje, ya sea informando de su capacidad de comunicarse en lenguas
que no se les han enseñado de forma académica, pero que contribuyen a su desarrollo
plurilingüe.
Evidentemente, en México la práctica regular de la autoevaluación no es una realidad
extendida todavía, y aunque muchos de los profesores dicen saber de qué se trata la
autoevaluación y declaran conocer sus beneficios, al mismo tiempo ponen pretextos para no
emplearla en sus cursos (falta de tiempo, desconfianza de la capacidad de los alumnos para
22 Para otros investigadores la autoevaluación es más efectiva –o únicamente efectiva- cuando forma
parte de una evaluación formativa (Arthur, 1999) ya que motiva a los alumnos a identificar sus fortalezas y
debilidades, al tiempo que puede estimular el interés en el aprendizaje y el desarrollo profesional. Las
evaluaciones sumativas se refieren a evaluaciones al final del curso utilizadas para determinar la efectividad
o eficiencia del mismo. Las evaluaciones formativas tienen lugar durante el curso y su objetivo es mejorar la
efectividad o eficiencia conforme se va avanzando en el curso. Según Little y Perclová (2007), estas dos
clases de autoevaluación dependen del mismo conjunto de conocimiento, conocimiento propio y
competencias, y eso significa que los alumnos serán más competentes realizando una autoevaluación
sumativa si la autoevaluación formativa ha sido parte de su aprendizaje.
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