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EL PROCESO DE LA INNOVACIÓN
Las empresas que innovan impulsadas por el diseño son mejores que su competencia para
detectar, atraer, e interactuar con los interpretes clave, su proceso de innovación supone
acercarse a los intérpretes. Este proceso está compuesto por tres acciones:
1.- Escuchar. Es la acción de ganar acceso al conocimiento sobre la posibilidad del
significado de un nuevo producto a través de la interacción con los intérpretes.
2.- Interpretar. La empresa evalúa el conocimiento que logra al interactuar con los
intérpretes, y luego recombina e integra este conocimiento con sus tecnologías, recursos, y
perspectiva propia. Este proceso es el reflejo de una dinámica de investigación profunda y
precisa más que de la velocidad de lluvia de ideas.
3.- Dar la dirección correcta. Al principio, las innovaciones radicales de significados a
veces confunden a los usuarios. Para preparar al mercado las empresas deben elevar el
poder seductor de los intérpretes.
RESULTADO Y CONCLUSIONES
EL PAPEL DE LOS EJECUTIVOS
Los líderes clave en ese proceso no son los diseñadores, sino los ejecutivos que identifican
a los intérpretes talentosos, lideran el proceso de interpretación y asumen la responsabilidad
de identificar y fomentar una visión vanguardista. Cualquier ejecutivo puede promover
innovaciones que encanten a los clientes implementando el proceso y las capacidades
adecuadas, sin embargo la actitud que deben adoptar no se encuentra en los manuales
convencionales de mercadotecnia e innovación. Si se Piensa en esta definición de
investigación de mercado de uno de los gerentes de mercadotecnia de Apple: (investigación
de mercado), es Steve Jobs mirándose al espejo cada mañana y preguntándose ¿Qué
quiero? Esta afirmación parece ilógica y prepotente; casi blasfema, contradice las teorías
populares de la innovación centrada en el usuario. El consejo de analistas opina que las
empresas deberían de acercarse más a los clientes para entender sus necesidades.
Pero el espejo en el que metafóricamente se mira Steve Jobs no es un artilugio mágico que
profetiza; es el espejo de la cultura personal de un ejecutivo, refleja su visión sobre porque
la gente hace lo que hace, sobre cómo pueden evolucionar los valores, normas, creencias y
aspiraciones, y también sobre cómo debemos de evolucionar. Es una cultura construida a
partir de años de inmersión en exploraciones, experimentos y relaciones sociales, tanto en
entornos privados como corporativos. Cada ejecutivo tiene una cultura personal, su propia
visión de la evolución del contexto de la vida en el cual se utilizaran sus productos y
servicios. No necesitan ser expertos en antropología cultural o tratar de ser gurús, la cultura
es uno de los dones más preciados de la humanidad, todos la tenemos.
A menudo se desaprovecha este don, las teorías de gestión no contribuyen a desarrollarlo,
sugieren lo contrario. Las herramientas de innovación, los modelos analíticos y procesos
codificados que recomiendan los expertos son en términos generales culturalmente neutros
y a veces hasta opuestos a la cultura.
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