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Se puede combinar el conjunto de objetivos, esfuerzo, logro, auto-crítica y reacción<br />

para impactar en la autoestima (6) de un modo positivo. En el modelo expuesto en la Figura<br />

1, la autoevaluación es la combinación de los elementos de la auto-crítica y la reacción, por<br />

lo que si enseñamos a los alumnos a hacerlo mejor, podemos contribuir al ciclo ascendente<br />

de un mejor aprendizaje.<br />

Al mismo tiempo, es claro ver cómo puede desarrollarse un “ciclo descendente” si<br />

hubiera una brecha importante entre los objetivos del alumno y los de la clase, o si algún<br />

alumno percibe su desempeño – o a sí mismo - como insuficiente. En el ciclo descendente<br />

los resultados pobres en la autoevaluación conducen a los estudiantes a desarrollar<br />

orientaciones negativas hacia el aprendizaje, a fijar objetivos personales que no<br />

corresponden con su realidad, a adoptar estrategias de aprendizaje ineficientes, a realizar<br />

muy poco esfuerzo y finalmente a dar excusas por su bajo desempeño.<br />

Es en este punto donde, de nueva cuenta, el maestro juega un rol preponderante. En<br />

lugar de dejar solo al alumno porque “el maestro no interviene en la autoevaluación”, es<br />

indispensable que el profesor se involucre en la autoevaluación del alumno, de lo contrario<br />

como profesores no tenemos forma de saber si un alumno en particular está inmerso en un<br />

ciclo ascendente o descendiente. Esto es especialmente importante en la etapa donde se le<br />

está enseñando al alumno el cómo autoevaluarse. La cuestión para los maestros no consiste<br />

en que los alumnos evalúen su propio trabajo (igual lo harán, con o sin información por<br />

parte del maestro), sino en enseñarles a hacerlo de forma efectiva.<br />

El modelo de cuatro etapas para la enseñanza de la autoevaluación<br />

En una etapa de su investigación, Ross y colaboradores (1998) entrevistaron a usuarios<br />

sobresalientes de métodos de aprendizaje cooperativo. Después integró los puntos de vista<br />

individuales de cada uno de esos usuarios y propuso un procedimiento general de cuatro<br />

etapas para enseñar a los estudiantes la relevancia de su propio papel en la autoevaluación:<br />

ETAPA 1. Involucrar a los estudiantes al definir los criterios que serán utilizados para<br />

evaluar su desempeño. Esto inicia una negociación. El imponer objetivos o condescender<br />

con las preferencias de los estudiantes no tiene tantas posibilidades de éxito como la<br />

definición compartida de criterios que los estudiantes perciban como significativos.<br />

Además de aumentar el compromiso de los estudiantes por lograr los objetivos, el negociar<br />

permite al profesor ayudar a los estudiantes a fijar objetivos que sean específicos,<br />

inmediatos y de acuerdo a su nivel, características que contribuyen a que los alumnos hagan<br />

un mayor esfuerzo por alcanzarlos. La etapa de negociación también es una oportunidad de<br />

influir en las orientaciones de los alumnos hacia el aprendizaje, que requiere un esfuerzo<br />

de largo plazo, algo que es particularmente oportuno en contextos de aprendizaje<br />

cooperativo, ya que al trabajar en grupo algunos estudiantes pueden adoptar conductas o<br />

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